En el día de las futbolistas, una joven balnearense cuenta cómo fue realizar este deporte, ya que recién en estos últimos años cambió mucho la mentalidad permitiendo que cada vez más chicas jueguen a la pelota.
Este 21 de agosto en nuestra provincia se celebra por primera vez el Día de las Futbolistas en conmemoración a las mujeres que jugaron en México en 1971, en el denominado Mundial Invisible porque no contó con el apoyo de la FIFA.
En estos últimos años el fútbol de mujeres empezó a tener más reconocimiento en las grandes ciudades como también en nuestra localidad.
Xiomara Cassina tiene 20 años y desde que era muy chica siempre le gustó hacer deportes.
En diálogo con Noti Onlineexpresó: “Hice hockey, voley, básquet y fútbol. A los 8 años empecé a entrenar con un grupo de varones en Independiente, pero no duró mucho ya que la Liga no permitía la incorporación de mujeres”.
“Cuando comencé el secundario en 2012 tuve la posibilidad de participar en los intercolegiales que se hacían todos los años, el cual obtuvimos muy buenos resultados”, dijo.
Luego, a los 15 años, empezó a entrenar durante un tiempo en Sportivo Belgrano y viajaba tres veces por semana a San Francisco. “Al siguiente año, Independiente de Balnearia nos abrió un espacio para que mujeres de todas las edades pudiéramos entrenar y participar de torneos amistosos, relámpagos, etc.”.
El año pasado, además de jugar para Independiente, Xiomara tuvo la oportunidad de participar en la Liga Rafaelina de AFA, jugando para Hidráulica de Frontera. “Era la primera vez que jugaba en una cancha grande (de 11). Era un equipo hermoso, muy unido, y siempre apoyándonos unos con otros”, manifiesta.
En Balnearia, el club le incorporó al fútbol femenino la posibilidad de jugar de manera competitiva.”Con elementos, canchas y profes excelentes. Formamos un gran grupo de unas 80 jugadoras de todas las edades, nos dividieron en categorías y teníamos diferentes horarios”, expresa.
Xiomara nos describe que habla en tiempo pasado porque ahora por la pandemia está todo suspendido. “Estábamos todas felices, era inexplicable lo que se sentía, que todas tengamos ese derecho, el de poder ir a entrenar y luego jugar. Me siento muy agradecida con el club, por su apoyo, aliento, ayuda y por estar siempre firmes al pie del cañón”.
“Estaba estipulado que el fútbol era para varones. Justamente ayer, leía un relato de que se tuvo que esperar cinco décadas para que reconocieran al fútbol femenino. Recién este último tiempo lograron reivindicar los derechos”, señala.
Por último, Xiomara destaca: “Al fútbol yo lo llevo en la sangre, es mi vida, está por encima de cualquier cosa. Yo veo fútbol y me emociona, me eriza la piel. Me hace feliz. Tengo el placer de compartir este deporte con mi papá, que sin dudas es mi ejemplo a seguir. Cuando jugamos, lo hacemos con el corazón, con el alma. Uno siempre aspira a algo más, pero mientras pueda jugar en cualquier lado voy a ser feliz. Me falta un montón, tengo mucho que aprender y cada paso que uno da es importante para el día de mañana”.