En un giro inesperado del azar, el número 88, que en la quiniela representa al Papa, salió a la cabeza en el sorteo matutino de la Quiniela de Córdoba, justo el día del fallecimiento de Francisco. a los 88 años.
La coincidencia no pasó desapercibida entre los apostadores y en redes sociales, donde muchos la interpretaron como un último “guiño” del Pontífice. Además, el mismo número apareció también en la Lotería Santacruceña, reforzando la carga simbólica del hecho.