La Para, un lugar que Guglieri vio con mucho futuro, pero una tragedia asomaría prontamente

Era martes por la mañana, los primeros días del mes de noviembre todavía tienen una temperatura cálida y en La Para, a pocos kilómetros de Balnearia, aparecería una historia que solamente algunos pocos conocen.

Frente al museo la vida es normal, la gente pasa en sus bicis, mientras otros barren las calles. Cada pueblo tiene algo que contar y si hay un museo, seguramente habrá cosas interesantes que se puedan compartir en el blog de noticias.


El edificio se encuentra en lo que era la estación de trenes, frente a la vía. Durante estos años, lo remodelaron, pero sigue teniendo la fachada original, con sus puertas y ventanas de comienzos del siglo XX.

Al ingresar, la puerta está cerrada, pero hay un cartel que dice: “abierto, golpee”. Claro, este lugar no tiene mayor afluencia turística, todos van a Miramar. Por eso, ¿quién iría al museo, los chicos de las escuelas, tal vez?Mientras los aplausos suenan, una joven sale como de una cocinita que está pegada al salón. Abre y comienza a prender las luces dicroicas que enfocan los adornos antiguos, el plasma comienza a proyectar imágenes de archivo de la localidad.

Durante el recorrido uno de los estantes llama la atención. Entre todos, parecía el más delicado, más cuidado, más valioso, dos luces enfocaban una copas de plata, teteras, y una foto. Allí, aparece impreso: Savoy Hotel. ¿Acaso esto no es de Miramar?

Ella simplemente responde de una manera como normal y obvia, “Es el Hotel Savoy, que tuvimos en La Para y pertenecía a la familia Guglieri”

Enseguida empieza el ataque de preguntas a esta historia desconocida por muchos. Y de una manera muy resumida relata algo que era común para ella, pero que parecía difícil de creer. Y su valor extra, que esto hubiera sucedido en esta zona. Fuera de un lugar que tiene tanta historia con la Mar Chiquita como es Miramar.

Pero el reloj marca que pasaron algunos minutos del mediodía, no hay tiempo para seguir hablando, ni siquiera para hacer una nota. Como en todo pueblo, es hora de comer, hay que cerrar. La despedida queda en que el próximo encuentro se podrá hacer el reportaje. De ese lugar, la cámara registró esa copa y un artículo de una revista, lo demás, un sitio en internet que puede ampliar más la noticia y un número telefónico.

El regreso a casa es ansioso; no es por nada, pero siempre se habla de Miramar como única localidad en la zona que está a la vera de la Mar Chiquita y protagonista, parece la dueña de la laguna, de tantas historias, que ahora se entiende algo de recelo por los demás pueblos que, aunque su zona urbana no pegue a sus aguas, sienten que también les pertenece.

Pablo Guglieri

En Internet, el nombre de Pablo Guglieri aparece en varios portales.

Se instaló en la región de la laguna Mar Chiquita, en la pequeña localidad de La Para, donde las aguas y el clima le permitieron recuperar la fuerza. (actualmente Laguna del Plata). Su llegada ayudó a traer un nuevo impulso a la zona de negocios: comienza a diseñar y construir el Savoy Hotel, en las playas de Mar Chiquita”, cuenta el portal ‘Fotos Viejas Mar del Plata’ y muestra algunas fotos.

Folleto del Savoy Hotel

El número de teléfono llama al director del museo, Carlos Ferreyra, quien actualmente vive en la zona de Jesús María y se desempeña como director de la Estancia Jesuítica y Posta de Sinsacate. Acerca de los documentos que él escribió sobre el Hotel Savoy y el trágico accidente relata como de manera normal y algo apurado: “El lugar era de dos plantas, tenía 130 dormitorios (con baños compartidos) y un salón de fiestas en la parte alta y en la planta baja se encontraba el salón comedor, el bar, los vestíbulos, el salón de lectura, el salón de fumar y las toilettes. Además, contaba con una habitación destinada a oratorio (con la advocación de San Antonio) y con teléfono privado que comunicaba el hotel con la punta de rieles en La Para”.

“En el centro, tipo corazón de manzana, estaban instaladas las cocinas, la pastelería y la panadería donde se elaboraba el pan, y un frigorífico, todos independientes del resto del edificio. En la parte posterior, estaban instalados los garajes y los dormitorios para el personal de servicio. El hotel contaba con usina propia, que suministraba luz y energía eléctrica, lo que permitía el funcionamiento del frigorífico y de la fábrica de hielo. Se destacaba la existencia de billares, peluquería, canchas de tenis y croquet. La playa, sobre la que estaba edificado el hotel, era la más amplia y resguardada de la laguna, tenía un muelle que penetraba a la mar con una extensión de cien metros. Había dos piletas de natación, una de agua dulce y la otra de agua salada construida dentro de la mar. Había 80 casillas particulares para baños”, describe Ferreyra quien al último destaca, “ese era el hotel que fue testigo del accidente, en plena temporada turística y a pocas semanas de haber sido inaugurado”.

Solamente Ferreyra describe como era ese gran hotel, difícil de imaginar. Su tiempo vale, por eso no puede seguir ampliando la noticia pero recomienda unos sitios donde poder ampliar.

En Internet, en la página del museo, aparecen afiches promocionales del lugar, y una noticia publicada por La Voz del Interior sobre el accidente de avión con fecha 23 de febrero de 1927 que dice: “Buenos Aires, febrero 22. Esta mañana se efectuó el sepelio de los restos de la señora Delia Guglieriinfortunada víctima del accidente de aviación ocurrido en La Para, el domingo pasado mientras efectuaba un vuelo en compañía del piloto señor Vera quien resultó con graves heridas en distintas partes del cuerpo

El sitio detalla que en el avión iba Vera y Delia Guglieri, hija de don Pablo, quienes se habían dispuesto a volar sobre las localidades cercanas. “Algo anormal debió notar Vera, pues volvió de nuevo y pocos instantes después el aparato, balanceándose peligrosamente, se dirigió a gran velocidad hacia el suelo. Eran las 11,30 de la mañana. El señor Pablo Guglieri estaba en las casetas de baño, al lado de las piletas, mirando el vuelo. El avión mientras caía, pasó a pocos metros de la cabeza del mismo: Pasó un segundo y el avión se estrelló en el terreno que se hallaba detrás de las casetas, en el frente mismo del hotel, con enorme ruido de hierros y maderas que se entrechocaron y rompieron”. El cuerpo de Delia fue extraído por los veraneantes y los empleados del hotel, quienes sacaron a la joven fallecida, señala el sitio.

Según el blog, Fotos viejas de Mar del Plata, el hotel se demuele en 1943 porque el agua salada comienza a dañarlo.

En el último tiempo, Guglieri se instaló en Marull. Pero en 1952 se retiró a la ciudad de Córdoba, donde murió el 26 de septiembre de 1953 a la edad de 88 años.

Finalmente, con todo lo recabado, hay una historia asombrosa, trágica, desconocida por muchos pero muy rica para ser contada. Tal vez, fue tapada por las inundaciones de Miramar, no se sabe. Cada pueblo pequeño o grande, es un mundo. Con sus vivencias, anécdotas.

Si en el medio de la nada se ve un museo, habrá que golpear la puerta y esperar. Algo importante tendrán para contar.

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