El viernes 20 de marzo fue el primer día de Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. El presidente Alberto Fernández en la conferencia de prensa decía: “No estamos dando licencia para que vayan a pasear, es para que nos cuidemos, a nosotros y a nuestros hijos. Quédense en sus casas”. “Necesitamos que no haya imbéciles que siguen circulando cuando llegaron de viaje”. “Voy a usar el aparato del Estado en favor de la gente. Sépanlo, no voy a tolerar a los pícaros…”, decía.
Con esas frases, Fernández declaró el jueves 19 de marzo del 2020 la cuarentena a nivel nacional, conocida oficialmente como Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio. Comenzó a regir desde el viernes 20 de marzo a las 00:00, hasta el 31 de marzo en un principio, aunque luego se extendió doce veces más, por lo menos hasta el 11 de octubre, inclusive.
Durante todo este tiempo, los medios nos dedicamos a difundir todas las medidas tomadas, tanto las restricciones como las aperturas. El uso de barbijo, lavado de manos, distanciamiento, etc. Así, también prohibiciones sobre las reuniones sociales y que la familiares sean un máximo de hasta 10 personas. Primeramente, sábado y domingo, luego, solamente los domingos, hasta incluso este último, que no estaban permitidas. Los medios aprendimos de esto hasta la coma que lleva cada decreto para lograr que la gente lo tome en serio.
En localidades pequeñas, todos se conocen. Saben quién es quién, a qué se dedica, su cargo, su función. En esta época que se está viviendo, el ojo es más crítico. La gente se enoja, escracha, publica en las redes, ya no se calla porque está cansada de la pandemia…
Estamos cansados de todo esto, y también de aquellos que tienen que dar los ejemplos de las buenas conductas, más que nadie, de respetar las normas, y no lo hacen. Aquellos que están en funciones públicas que creen que por estar en un cargo, son intocables. Error.
Es lamentable que esto sea tan visible frente a la sociedad. La gente no es tonta. Por eso, después de seis meses de aislamiento, todavía tenemos que decirles. ¿Y si empezamos a dar el ejemplo?